El Poder de la Intención Colectiva, Washington DC 1993.

Efectos de la Práctica Colectiva
del Programa de Meditación Trascendental
en la Prevención del Delito Violento en Washington, DC.

Resultados del Proyecto de Demostración Nacional, junio-julio 1993

John S. Hagelin, Maxwell V. Rainforth, David W. Orme-Johnson,
Kenneth L. Cavanaugh, Charles N. Alexander, Susan F. Shatkin,
John L. Davies, Anne O. Hughes y Emanuel Ross



Este estudio presenta los resultados finales de un experimento de dos meses para reducir el Delito Violento en Washington, DC.  En base a investigaciones anteriores, se pudo estimar  que el nivel del Delito Violento en el Distrito de Columbia se reduciría considerablemente con la creación de un gran grupo de personas, que fuesen practicantes de técnicas de Meditación Trascendental y TM-SIDHI, y que se enfocasen meditativamente en aumentar la armonía y reducir la tensión en el distrito.

Este Proyecto de Demostración Nacional para Reducir el Delito Violento y Mejorar la Eficacia Gubernamental reunió entre el 7 de junio y el  30 de julio de 1993, en Washington, capital de Estados Unidos, a un grupo de 3.750 participantes en programas de Meditación Trascendental y TM-SIDHI.  Un Comité independiente examinador de Proyecto, compuesto por 27 miembros entre los que había sociólogos y criminólogos de las principales universidades, representantes del departamento de policía y gobierno del Distrito de Columbia, así como líderes cívicos, aprobó de antemano el protocolo de investigación para el proyecto y supervisó su progreso.

La variable a estudiar en la investigación era el índice semanal de crímenes violentos, tal como lo mide el Informe del Delito generado por el FBI.  Los delitos violentos incluyen el homicidio, la violación, el asalto agravado y el robo. Los indices delictivos durante el período de ejecución del proyecto fueron obtenidos del Departamento de Policía Metropolitana del Distrito de Columbia, quien también suministró los datos correspondientes a los cinco años anteriores (1988-1992).

Los datos adicionales usados incluyeron variables meteorológicas (temperatura, precipitación, humedad), horas de luz del día, cambios en las actividades de prevención del delito hechas por la comunidad y la policía, tendencias de delito previas en el Distrito de Columbia y tendencias de delito concurrentes en ciudades vecinas. Se pudo observar una correlación entre la temperatura semanal media y la ocurrencia de homicidios, violaciones y asaltos (que en adelante se denominan delitos de HVA), tal como se había encontrado en investigaciones previas.  Por tanto la temperatura fue usada como una variable de control en el análisis de estos.  

Los delitos violentos se segmentaron en delitos HVA (delitos contra la persona) y robo (delitos monetarios) y se los estudió tanto por separado como en conjunto, usando técnicas matemáticas de análisis de series en tiempo. El análisis de los datos de 1993, aún tomando en cuenta la influencia de la temperatura, reveló que había una disminución muy significativa de delitos HVA asociada con el tamaño del grupo de “meditadores” a lo largo del Proyecto (ver grafico anexo).  

La disminución máxima que se observó en el índice de Delitos Violentos fue de 23.3%, cuando el tamaño del grupo era el más grande, durante la semana final del proyecto.

La probabilidad estadística que este resultado fuese fruto del azar, fue de 2 veces en 1.000 millones (p <.000000002).  La reducción obtenida durante el experimento comparada con los índices promedio de los cinco años anteriores (1988 a 1992), correspondió a 24.6%, es decir que era aún mayor que si se comparaba solo con los datos de 1993.   La probabilidad de que este resultado fuese casualidad fue de 3 veces en 100.000 (p <.00003).  

Cuando se analizaron por separado, los robos no disminuyeron mucho, pero al hacer el análisis conjunto (delitos HVA + Robos) se observó una disminución de 15.6% durante la semana final del proyecto.  Nuevamente la probabilidad de que este resultado fuese fortuito fue de 8 veces en 10.000  (p=.0008).

Se hicieron varios análisis adicionales de los delitos HVA para asegurar aún más la solidez de los principales hallazgos de la demostración.  Se determinó que la reducción de delitos HVA asociada con el grupo de participantes en programas de Meditación Trascendental y TM-SIDHI no podía atribuirse a cambios de personal de la policía.  Los análisis secundarios también mostraron que los resultados obtenidos, por su robustez y magnitud, eran independientes de detalles aislados de los modelos usados para las medir las tendencias y de los efectos de ciclos estacionales.   

Se analizó la data de delitos HVA en los meses de Junio y Julio de los cinco años anteriores (1988-1992), es decir en la misma época en que se hizo la demostración de 1993, y se observo que en ningún caso hubo alguna reducción significativa del índice en esos años, lo cual demostró que el resultado obtenido no se debía a la época del año en que se ejecutó el proyecto.  Además, al analizar la relación entre el cambio del índice y el tamaño del grupo semana a semana, se encontró que el efecto no solo era inversamente proporcional al tamaño del grupo, sino que además ese efecto permaneció por un cierto tiempo luego de concluido el proyecto.  

Basado en los resultados del estudio, se calculó que la ganancia estatal promedio (efecto a largo plazo) asociada con mantener un grupo permanente de 4.000 participantes en programas de Meditación Trascendental y TM-SIDHI, enfocados en las mismas intenciones usadas en el proyecto, produciría una reducción del 48 % de los delitos HRA en el Distrito de Columbia.

Dada la solidez de estos resultados, su coincidencia con los resultados positivos de investigaciones anteriores, los grandes costos humanos y financieros del delito violento y la carencia de otros métodos eficaces y científicos de reducir el delito, se urge a los generadores de políticas de estado a que apliquen este esquema en gran escala, para el beneficio de la sociedad.

Referencias: Hagelin, J.S., Rainforth, M.V., Orme-Johnson, D.W., Cavanaugh, K. L., Alexander, C.N., Shatkin, S.F., Davies, J.L, Hughes, A.O, and Ross, E. 1999. Effects of group practice of the Transcendental Meditation program on preventing violent crime in Washington D.C.: Results of the National Demonstration Project, June-July, 1993. Social Indicators Research, 47(2): 153-201.

Notas del Equipo Editorial: Es importante notar los detalles de la grafica anexa. Fíjense como en las 3 primeras semanas, cuando el grupo de gente meditando va de 700 a unas 1.100 personas, el índice empieza a bajar pero de forma lenta y en esas tres semanas apenas se reduce en cerca de 2%, algo así como 0,6% semanal.

Ahora mira lo que pasa en la 4ta. semana... El grupo de meditadores se incrementa de unos 1.100 a 2.750 y cuando eso ocurre, el índice empieza a bajar mucho más rápido. De hecho, en las primeras 3 semanas apenas había bajado algo menos de 2%, pero en la 4ta. semana baja hasta 6%. Es decir, 4% en una semana...!!!.

Esto parece mostrar que la "intención" individual es como la fuerza de un imán. Si se juntan varios de ellos, la fuerza de cada uno se suma y producen una fuerza resultante mayor. Según se ve en la grafica, cuanto mayor "fuerza de intención" (mas gente enfocando su intención individual), más rápidamente se genera el cambio de realidad deseado. En este caso la reducción del índice de delitos violentos.

Pero hay que notar también que la proporción entre causa y efecto no es lineal. Un aumento de 150% en el tamaño del grupo de meditadores (2.750 versus 1.100), que podemos llamar la "causa", genera un aumento de 560% en el efecto (el índice de cambio semanal pasa de 0,6% a 4%). Lo anterior nos dice que el efecto de la intención parece "potenciarse", como si la fuerza de esos hipotéticos imanes no se sumase simplemente, sino que se multiplicase en base a alguna ley exponencial.

Fíjate ahora lo que pasa la 5ta. semana. Los coordinadores del experimento "reducen" al cantidad de gente meditando de unas 2.750 a 2.500 y... Oooh Sorpresa...!!! el índice que venía bajando a razón de 4% semanal, se frena y en esa 5ta. semana solo baja como 2%. Otra vez es evidente que la cantidad de gente enfocando su intención es proporcional a la velocidad del cambio de la realidad en la que se enfocan. Pero nuevamente se observa que la relación entre causa y efecto no es lineal. La reducción del grupo fue de 9% (2.750 versus 2.500), pero la reducción del efecto es de 50% (4% versus 2% de reducción semanal del índice).

Y que pasa el 6ta. y 7ma. semanas...??? Se aumenta la cantidad de gente meditando de 2.500 a 3.750 (50% de aumento) y nuevamente... Oooh Sorpresa...!!! el índice empieza a bajar vertiginosamente y en esas dos ultimas semanas cae de 8% a 23,3%, es decir, 15,3%, o lo que es igual, un promedio de 7,6% semanal...!!!

Para cerrar este análisis numérico, es bueno saber que en 1993 Washington DC tenía una población de unos 2,2 millones de personas entre residentes y flotantes (estos últimos vivían fuera de la ciudad pero hacían vida diaria en ella). Eso quiere decir que el grupo inicial de 700 meditadores representaba apenas 3,6 de ellos por cada 10.000 habitantes, y que su intención generaba una reducción de 0,6% en el índice de crímenes. El grupo de 3.750 meditadores al final del estudio, representaba 17 de ellos por cada 10.000 habitantes (4,7 veces mas que el grupo inicial) y la intención de esos 17 por cada 10.000 lograba reducir el índice de crímenes en 8% semanal (un efecto 13 veces mayor que el inicial). De nuevo es evidente que la relación entre la cantidad de gente enfocando su intención y el tamaño del efecto que eso genera, no es de tipo lineal sino exponencial.

Lo mas asombroso es que, como explican al comienzo del artículo y como lo dice John S. Hageling en la película What The Bleep Do We Know, los resultados se "predijeron" antes de hacer el experimento y en base a "cálculos" que se hicieron basándose en los resultados de mas de 30 experimentos semejantes de menor escala que se habían hecho anteriormente.

Eso muestra de forma evidente que el resultado obtenido no fue cosa del azar, sino que mas bien responde "aparentemente" a una Ley del Universo, que debe sonar mas o menos así: El Pensamiento Genera Realidad y que como todas las otras leyes que hemos encontrado hasta ahora, se puede expresar en términos matemáticos y SIEMPRE funciona (si no, no sería una ley universal).

Para cerrar el tema y refiriéndonos a este ultimo punto, vale la pena recordar una frase de San Agustín, uno de los padres de la espiritualidad cristiana que vivió en el siglo 4to. de nuestra era y que decía: "Los Milagros No Ocurren Al Margen De Las Leyes de Dios, Sino De Acuerdo A Leyes de Dios Que Aún No Hemos Descubierto".

(Estaba Clariiiiito...!!!)

John S. Hagelin
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