Augusto Vergara                        
 
Jesús Augusto Vergara, uno de los pioneros del trabajo psico-corporal en Venezuela tiene una trayectoria de mas de treinta y cinco años en el área y nació en Mesa Bolivar, Edo. Mérida, el 19 de agosto de 1936. Desde joven se dedico a fortalecer su cuerpo mediante el deporte para protegerse del duro entorno del internado donde estudia bachillerato. Luego de graduarse viaja a Bogotá donde inicia estudios de Economía que deja en 1960 para irse a Italia donde vive un año y estudia Historia del Arte. De Italia marcha a Inglaterra donde se radica por casi una década a lo largo de la cual se casa, tiene un hijo, enviuda y trabaja largos periodos

de tiempo como masajista. Durante esa estadía, comienza a sufrir problemas gástricos y dolores en las articulaciones y buscando soluciones para ello se somete a un tratamiento de masajes con un fisioterapeuta. Aunque esta terapia no elimina por completo sus afecciones, las técnicas fisioterapéuticas lo atraen y eventualmente se forma en esa disciplina.

En 1970 regresa a Venezuela decidido a aplicar sus experiencias en masaje terapéutico y abre un instituto dedicado a esa disciplina en Altamira que por lo innovador tiene poca aceptación y eventualmente cierra, para asociarse con el Dr. Zambrano Nova (médico geriatra) y utilizar el masaje en personas de edad. En el año 1971 se independiza y pasa a trabajar como masajista estético a domicilio. Durante la década de los setenta, sigue practicando el masaje de forma cada vez más terapéutica y viaja sistemáticamente dos meses por año a Norte América para formarse en diversas disciplinas del área psico-corporal como Técnicas Reichianas, Quinesiología Aplicada, Técnica Alexander, Técnica Feldenkrais, Integración Postural y Técnica Cráneo Sacral entre otras.

Entre 1975 y 1979 se forma además como especialista en bioenergética en el Instituto de Bioenergética de Venezuela, con instructores traídos del Instituto Alexander Lowen de Norte América. En 1978 sus inquietudes terapéuticas lo llevan a asociarse con Manuel Barroso, pionero en Venezuela de la formación y práctica de la Terapia Gestal, con quien trabaja hasta 1981 haciéndose cargo de la parte corporal de los tratamientos psico-terapéuticos ofrecidos por aquel.

   
En 1980 mientras asiste en New York a un simposium sobre Cáncer y Medicina Holística, conoce a Vincent Arion, pionero en la aplicación terapéutica de los lavados de colon quien a su vez había padecido de una severa enfermedad ósea y sanado gracias a esa técnica. En el simposium conoce también de muchos casos de cáncer terminal que habían sanado empleando la técnica de lavado colónico como terapia complementaria. Animado por la posibilidad de eliminar de forma definitiva sus afecciones
   
La vista desde la sala de espera del consultorio de Augusto es el primero de los muchos factores que ayudan al paciente a salir de sus sesiones con una sensacion de paz y plenitud.
 
 

articulares y gástricas, viaja a San Francisco para someterse al tratamiento del Dr. Arion durante una semana. Al completarlo, queda libre del 60% de los síntomas que lo habían aquejado por casi dos décadas. El resto de los síntomas desaparecieron con otros dos tratamientos colónicos que se aplicó a lo largo de ese mismo año. A su regreso a Venezuela, animado por su propia experiencia, empieza a aplicar la técnica a familiares cercanos.

En 1985 funda Metamorfosis, un instituto que opera en Caracas por mas de 13 años y se dedica a potenciar el desarrollo personal mediante talleres vivenciales donde Augusto vuelca los múltiples conocimientos adquiridos. La escogencia de este nombre, nos explica, viene del hecho de que “el verdadero cambio es aquel en que el paciente, apoyado por el terapeuta, en lugar de seguir ciegamente lo que hacen los demás, se cuelga en una ramita, se envuelve en su propia mierda como una crisálida, y se concentra en revisar y tomar conciencia de todos sus procesos internos para irse transformando hasta lograr salir por sus propios medios de ella, convertido en la hermosa mariposa que puede ser, la cual es capaz de entender la verdadera naturaleza profunda del ser humano.”

Con el tiempo Augusto va asociando la terapia de limpieza colonica con sus conocimientos sobre las causas emocionales del cáncer y otras enfermedades, con lo aprendido sobre bioenergética y otras técnicas psico-corporales, y con la intimidad paciente-terapeuta que se da en las sesiones de masaje. Es así como finalmente desarrolla un esquema de limpieza colónica en la cual se genera un espacio de confianza terapéutica con el paciente donde este puede expresar y “excretar” psico-fisiologicamente tanto los contenidos emocionales como los residuos físicos y toxinas que ha acumulado en su mente y cuerpo a lo largo de los años.

     
Desde el 88 empieza a hacer irrigaciones con objetivos terapéuticos y sostiene que “el trabajo colónico que realizo funciona a nivel de sistema y no simplemente a nivel anatómico. El todo del paciente está reflejado en cada una de sus partes, así que si les enseño a concientizar cual es su postura de bienestar (nivel corporal) les estaré ayudando a hacer eso mismo a nivel de su mente y su esencia (espíritu). Si hay incomodidad esto es un síntoma, si hay dolor, es previo a la enfermedad. Si la persona se hace consciente de su bienestar, puede
 
Escondida en una pequeña gruta a escasos metros del campamento de Birongo, esta hermosa cascada es uno de los recursos naturales que los participantes pueden disfrutar durante los talleres.
 
detectar estos avisos o alarmas del cuerpo y buscar el alivio adecuado oportunamente, antes de que se desarrollen enfermedades y se deba recurrir a la medicina alopática para controlar la crisis corporal”.
 
Servicios Ofrecidos
 

En sus terapias colónicas (14 sesiones en una semana a razón de dos diarias), Augusto trabaja con el paciente en tres planos, mente, sentimientos y esencia (espíritu), generando expansión y bienestar. Según el mismo explica, “el paciente “excreta” las culpas, apegos, resentimientos y tantos otros materiales emocionales dañinos, bien sea que los comparta verbalmente conmigo durante las múltiples sesiones o que los bote en la poceta”. Enfatiza la importancia de la respiración y del oxigeno como factor fundamental para metabolizar los procesos físicos y emocionales de la vida, así como el hacer contacto con la realidad, el aquí y el ahora, en lugar de vivir en el pasado (culpa) o el futuro (incertidumbre y ansiedad), lo cual ayuda a la persona a ampliar su conciencia y a pasar de un evento a otro, cerrando cada uno a nivel mente-cuerpo, en lugar de quedarse en el apego. Generalmente se recomienda hacer uno de estos tratamientos anualmente, aunque en los casos en que la persona presente severas afecciones de salud, se puede recomendar hacer dos o tres en el primer año, separados al menos por tres meses entre uno y otro.

Augusto atiende también en consulta privada y según los requerimientos y necesidades del cliente emplea una o varias de las múltiples herramientas terapéuticas que ha aprendido a manejar a lo largo de más de treinta años de práctica. El término de tiempo y la frecuencia de las consultas se determina de acuerdo con el paciente.

 
Aparte de su consulta privada y de los colonicos, Augusto ofrece periódicamente varios talleres de fin de semana. Entre ellos están el de La Cueva, el de La Isleta y el de Silencio
(este ultimo se dicta también en una versión larga de una semana). A manera de referencia Augusto nos comenta sobre dos de ellos. El Taller de La Cueva se desarrolla dentro del contexto la aventura, y en el se enseña a la persona mediante una serie de obstáculos naturales lo que es el riesgo, los miedos que estos despiertan en ella y como afrontarlos y superarlos usando todo su potencial.
 
El campamento de Birongo, exuberante escenario de algunos talleres como el de la Cueva y los de Silencio, esta enclavado en plena montaña y cuenta con amplios espacios para realizar diversas actividades y dinamicas de grupo.

Adicionalmente, una serie de analogías relativas al renacimiento hacen que el participante culmine el taller con una sensación de mayor poder personal, arraigo y centramiento, que lo capacitan para enfrentar sus realidades de vida con una actitud nueva y más positiva.

El taller de La Isla se basa en la técnica del renacimiento y en la teoría del desarrollo del cerebro triuno de Boadela, y en el se revive el paso desde la vida en el útero hasta el andar erguido en la vida, enfatizando experimentar el gozo de vivir. A lo largo del taller se trabajan aspectos como el arraigo, relaciones con los padres, responsabilidad de pedir, acercamiento y alejamiento, así como liberación de cargas y tensiones personales.

Ocasionalmente, Augusto dicta también programas cortos de formación en técnicas psico-corporales como Quinesiología y masaje holístico.

 
E-mail: metamorfosis@vidaplena.net